He de confesar que me encontré con la actividad social y medioambiental por pura casualidad, aunque siempre tuve la inquietud de ayudar a los demás, lo hice a mi modo, escuchándolos, aconsejándolos o apoyándolos en sus proyectos, un poco desde la barrera. Pero nunca me había involucrado de lleno en este gran trabajo.
Quizá fue el mismo ritmo de vida acelerado de trabajo, responsabilidad y preocupación constante que no me lo permitió, o por que sencillamente no había llegado la oportunidad.
Por ahí dicen que cuando el discípulo está listo, el maestro aparece. Y es que en verdad el trabajo de responsabilidad social y ambiental es un maestro de vida.
«No es fácil que te consideren un líder social o ambiental en un país donde los lideres son objetivo militar»
Aun no he hecho gran cosa, pero siento que lo poco que he podido realizar me ha enseñado compromiso, responsabilidad y humildad, y gracias a ello he conocido gente maravillosa, con verdadera pasión y amor por lo que hacen. Y sobre todo con el compromiso necesario para darlo todo por los demás y por el medio ambiente que ha sido tan castigado por la avaricia y la ignorancia del ser humano.
No es fácil que te consideren un líder ambiental o social (personalmente no me siento así) y menos aún en un país donde los lideres sociales, ambientales o culturales son objetivo militar.
Por el simple hecho de trabajar por conservar lo poco que nos queda de naturaleza o por dignificar al ser humano, nos etiquetan de mamertos, pro guerrilla, castro-chavistas y un montón de sandeces más, justificando de esa forma que nos puedan amenazar, violentar o asesinar.
Personalmente no creo en las ideologías políticas actuales, siento que los sistemas de Izquierda, Derecha o Centro fueron creados con el único fin de dividir a las personas y enfrentarlas entre sí (mientras sus creadores departen con camaradería en la privacidad de su Club Social) para que de esa forma no tuvieran cabeza para pensar en los verdaderos problemas que limitan a la sociedad, como la inmoralidad, la falta de ética, de transparencia, la corrupción y la violencia, entre muchos otros.
Tampoco tengo la formula mágica para crear un nuevo sistema político que remplace a los actuales, pero imagino que tendría que ver más con el verdadero servicio y amor incondicional, con ensuciarse las manos al trabajar por los demás, con agacharse y arrodillase para lavar los pies y las heridas de tu semejante, con recoger la basura de la calle (así no sea tuya) o simplemente con llenarte las uñas de tierra por los árboles y plantas que has sembrado.
Porque en este momento la mayoría de auto nombrados «líderes» sólo hablan, te dicen cuál es el problema, señalan a tal o cual, te dicen a viva voz quién es el culpable y cuál es la solución, solo unos pocos valientes y verdaderos Lideres le ponen el pecho a la situación, solo unos pocos arriesgan su vida por causas y territorios dominados por inconscientes, mientras estos que solo hablan jamás los ves con el overol y las botas puestas, trabajando por el medio ambiente y menos por los demás.
Este es mi camino, el que ahora siento que debo recorrer, sin dejar atrás mis proyectos personales y empresariales, pero ahora con una nueva consciencia, una que nació en los tiempos de la pandemia.
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