La libertad en una relación de pareja

La libertad en una relación de pareja

Quiero contarte cómo descubrí el significado de la libertad en una relación de pareja.

Hace un tiempo me encontré en la calle con una excompañera del colegio que no veía hacía años.

Entre las típicas preguntas por viejos compañeros, experiencias vividas y lo mucho o poco que habíamos cambiado, salió una que me puso a reflexionar.

Señalando la argolla de mi mano derecha ella me dijo: – ¡Entonces! ¿te encadenaste? ¿no jodás que te aburriste de la libertad?

No puedo negar que en realidad me dejó sin palabras, hasta ese momento y después de 12 años de matrimonio no me había planteado la posibilidad de “haber perdido mi libertad”.

– ¿En realidad lo hice? ¿Casarse es sinónimo de perder la libertad?

Después de analizar un poco mi vida en retrospectiva y trabajando ese don tan maravilloso que nos otorgó Dios a todos, o sea, el discernimiento. Llegué a una conclusión.

En realidad no había perdido mi libertad, la había ganado.

¿Cual es la verdadera libertad en una relación?

Me explico; cuando era soltero jugaba al juego del conquistador, y al ser una persona tan tímida sufría mucho por la opinión que de mi tuviera una chica.

Además y de forma casi idéntica al de mis congéneres, también inflaba un poco mi ser para aparentar lo que no era (aquí la cuestión era de impresionar, de llamar la atención, de dejarla tramada).

En ese tiempo vivía con una máscara que ocultaba mi verdadera personalidad, porque en ese entonces sentía que mi ser verdadero no era lo suficientemente bueno.


Léeme también en: ¿Por qué tropezamos siempre con la misma piedra?


Luego conocí a la mujer que hoy es mi esposa y con la cual formé una familia.

Una mujer para nada perfecta, y por lo mismo perfecta para mi.

Porque verás, si te pasas la vida buscando la pareja que encaje perfectamente en tus expectativas, primero, te vas a privar de adquirir la sabiduría que da crecer y madurar al lado de alguien tan humano e imperfecto como tu.

Y segundo, te vas a quedar solo/a, porque querido lector, jamás vas a encontrar la pareja perfecta, con la que nunca discutas, con la que compartas todos los gustos y con la que tengas los mismos sueños (eso sería muy aburrido).

Simplemente no existe, porque cada ser humano es completamente diferente y una relación sana lo que busca es la complementariedad, y te aseguro que en toda la historia de la humanidad nadie nunca ha sido igual que tú ni ha vivido tus mismas experiencias.

Ahora con mi esposa me doy cuenta que ya no debo usar esa máscara, no debo jugar al juego del conquistador que solo busca cariño, aprobación, apego (o un favor).

Con mi esposa puedo ser completamente libre de mostrarme tal y como soy, con mis errores, mis aciertos y mi inmadurez, con mis sueños locos y mis miedos más profundos.

Ella ha sido la dama con la que he logrado tener la libertad de vivir mi vida como siempre la soñé.

Y aunque no ha sido fácil y como pareja hemos pasado por experiencias muy duras y de las cuales estoy seguro que muchas otras hubiesen claudicado, ella y yo seguimos firmes.

Por eso también pienso que es de insensatos el actuar de algunas personas que estando en una relación estable deciden aventurarse en relaciones clandestinas.

Pierden toda la libertad, crean un síndrome de persecución y viven volteando a mirar escapando que no los descubran y se alteran si por casualidad los /las llaman a la casa o al celular en horas de la noche.

No mi querido lector, esa no es vida, pero eso si, es la única aventura que jamás te llevará a un feliz destino.

Yo personalmente, prefiero seguir siendo libre al lado de mi dama.

Por: Julián Socha

1 comentario en “La libertad en una relación de pareja”

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