La importancia de la Zarigueya en los ecosistemas de la región de La Mesa, se demuestra en la supervivencia de los bosques.
Desde tiempos inmemorables la zarigüeya, controladora de plagas y reforestadora, ha sido rechazada e incluso asesinada por el ser humano.
Es mucho lo que se dice y poco lo que se sabe sobre este animal y es por esta razón que el sábado 28 de noviembre se llevó a cabo un evento de carácter cultural-ambiental en el cual se hizo alusión a la zarigüeya para compartir información y desmentir creencias.
Generalmente cuando se habla de zarigüeyas lo primero que sale a relucir es su costumbre de comer gallinas y posterior a esto se les tilda de ratas gigantes. Lo cierto es que el runcho o la chucha como se les conoce en Colombia, es un marsupial encargado de controlar la proliferación de cucarachas, garrapatas, entre otras plagas.
Lastimosamente, en muchas comunidades este animal ha sido asesinado brutalmente por desconocimiento y peor aún, por un odio sin fundamento hacia esta especie. Si bien, la zarigüeya puede llegar a verse como un roedor de gran tamaño, está lejos de ser familiar de las ratas.
Mitos en contra de a zarigüeya
Contrario a ellas, este marsupial no es transmisor de la rabia ya que tiene un sistema inmunológico bastante fuerte que incluso le permite resistir el veneno de las serpientes, razón por la cual su existencia es de gran valor para el ser humano ya que a partir de ellas se produce el suero antiofídico.
Por otra parte, aunque su aspecto no siempre es el mejor, es inhumano y absurdo querer acabar con su vida por una simple apariencia. Además, se hace necesario resaltar que aunque este animal también puede emitir un almizcle bastante fétido, este es usado como mecanismo de defensa, pues únicamente expulsara el fluido de mal olor si se ve amenazado.
Por tal motivo, si una zarigüeya se cruza por tu camino, no intervengas y déjala continuar su labor. Su misión en este mundo es dispersar semillas que su tracto digestivo prepara para germinar y así, devolverle a la madre naturaleza todo lo que nos brinda.
Es fundamental traer a colación que las zarigüeyas no son simples visitantes pues desde antes que nosotros pobláramos estos espacios con casas y edificios, estos eran sus hogares. Día a día las zarigüeyas van perdiendo sus bosques y únicos refugios debido a la ambición del hombre por construir y acaparar todo lo que encuentra a su paso. Como consecuencia, la zarigüeya ha venido arriesgando su vida para conseguir comida y agua no solo para ellas sino también para sus crías.
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Lastimosamente muchas de ellas han perdido la batalla frente al hombre, quien sin piedad y sin dudar decide matar a palazos a un animal que por mucho tiempo le ha servido como reforestador y controlador de insectos.
Finalmente, a pesar de haber llevado a cabo la integración en el parque Lagos del Marsella, la cual buscaba generar un espacio de conexión con la naturaleza y aprender sobre las diversas especies que habitan nuestro municipio, a los pocos días una zarigüeya con su marsupio lleno de bebés fue encontrada asesinada en este mismo lugar.
No hay justificación para tal hecho y rechazamos este tipo de actos, pues todos como comunidad debemos respetar y velar por la vida de estos seres tan vulnerables y esenciales para nuestro propio bienestar; por ende, invitamos a los mesunos a compartir esta información y abandonar el miedo o rechazo que durante años le ha cobrado la vida a más de una zarigüeya.
Por;
Abril Mara