La tecnología nos acompaña, pero su disrupción en la vida cotidiana es más que abrumadora. Muchos adultos mayores padecen de cierta incertidumbre con respecto a la tecnología.
Los jóvenes que se encuentran en una edad viril son educados por las industrias culturales de acuerdo al culto hedonista y placentero del sexo, dinero y el poder.
El culto a la personalidad establece que ese modelo de éxito personal es una tarea que nos auto explota (Han, 2015).
Aquel componente egocéntrico que ha cobrado carácter en los grupos humanos, que lleva a autoafirmarnos de tal manera, sin límites; se apoya en la idea supremacista de las victimas del caos mundial por la invasión psico- económica de otro grupo cultural determinado.
Una marginalidad que se reviste de grandeza, la cual es la comidilla de los políticos populistas para buscar chivos expiatorios y hacerse llamar el cambio substancial-barroco que nos sacará del atraso “subdesarrollado” por lo cual, debemos reforzar nuestra propia identidad afincada en el territorio y segregar a un individuo o grupo determinado, el cual amenaza nuestro nicho ecológico -suponiendo-.
Alejandro Carpentier (1981) explicaba la violencia de la política latinoamericana cuando el dictador trae a su región el arte griego para inmortalizar una causa sin historia pero que necesita ser sobrevalorada, inflada y sobre toda imagen exaltada al extremo.
No obstante Antonio Benítez Rojo (1996) nos recuerda que también esa indeterminación que tenemos sobre lo que otros representan, ese relativismo que invisibiliza es también extremista.
La voluntad de conocer sin prejuicios es la manera de cambiar una idea.
➤ Lee también: Que el morbo no nos haga perder la humanidad
No obstante, los medios de comunicación refuerzan una idea en la gente liminal, es decir esquizofrénica en el sentido de que lo otro es obscuro, impávido y peligroso. Por lo que lo propio es auténtico, prioritario y único.
Si bien la especie humana es similar en todo el globo terráqueo, las ideas sensacionalistas, muchas de ellas sin fundamentos y basadas en prejuicios, son tan populares que son la base social de una política extremista.
Los migrantes deben vivir con esta difícil tarea de: 1) El desarraigo del país o la región que parten. 2) El rechazo del país que los acoge y 3) La fragmentación de la familia al no saber adaptarse en muchos casos.
Las nuevas tecnologías no solamente nos llevan a un culto de la personalidad sino también a tener una ideación sobre el terror personificado en la otra persona o grupo social.
Llevemos la tecnología dominando su espectro, dudando, determinar ciertas ideas que nos incomodan, seamos recursivos y no traguemos entero.
Siempre analicemos el contexto y tomemos partido de las decisiones democráticas que en estos momentos puedan ser la solución a los problemas cualquiera que sea, desde las ideas más concretas hasta las más abstractas, por qué no.
Tratando de madurar aquellas cosas negativas que nos impuso nuestra interpretación de la tecnología.
Tenemos una comunicación virtual, pero en la vida real no nos comunicamos, sentimos miedo a que nuestra imagen decaiga. Estos preconceptos deben abandonarse por una cuestión fundamental. La voluntad de conocer…
Por:
Luis Alberto Tapias Estrada
Antropólogo – ASCISOME