Los interrogantes del paro nacional

Jorge ForeroLuego de haber trascurrido un mes de paro nacional en Colombia y con acontecimientos inéditos o tal vez que no habíamos tenido la oportunidad de conocer a través de los medios tradicionales de comunicación y hoy vistos en vivo por las redes sociales; nos surgen interrogantes que trataré de abordar como inicio de una conversación en el interés de comprender los hechos.

El primero son las causas reales que lo generaron; sin duda una expresión tan multitudinaria, con la diversidad de sectores sociales, económicos, étnicos, culturales, políticos y religiosos y que abarco todo el territorio nacional y se extendió a plazas y calles de muchas ciudades en el mundo, solo puede ser interpretado como un estallido de sentimientos, frustraciones y anhelos reprimidos y que logran simultáneamente expresarse en las protestas de la calle, desde los balcones de las casas, desde las redes, etc.

Si bien la chispa fue el rechazo a la reforma tributaria primero, y a la reforma a la salud luego, en el fondo lo que se expresa en las calles es una reclamación más profunda por un país más equitativo con oportunidades para los jóvenes mediante unas políticas que permitan tener unas estructuras del estado que garanticen los derechos a la salud, a la educación, al trabajo digno, a la tierra, a un ambiente sano, a la libertad, a la democracia, a tener una vejez digna, a vivir en paz, pero sobre todo a la dignidad humana.

Y se expresa el rechazo a la corrupción que ha desangrado a este país durante décadas pero que en el actual gobierno se hace de manera abierta y desafiante entregando los recursos del estado a los grupos económicos más poderosos y disminuyendo los recursos para la atención de los sectores pobres y marginados.

Sumado a eso el desastroso manejo de la pandemia, la atención a los sectores confinados y el retraso en el programa de vacunación.


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También surge el interrogante de porque esta protesta o estallido sociales a perdurado; teniendo como antecedentes el paro nacional agrario, el paro estudiantil y las movilizaciones indígenas donde el gobierno llega a unos acuerdos, pero nunca cumple la totalidad de ellos, por tanto, eso genera desconfianza; y sobre todo la incapacidad de escuchar y comprender por parte del gobierno la situación catastrófica por la que pasa el pueblo colombiano.

Desconfianza y desinterés del gobierno en dialogar y el tratamiento de guerra a la protesta social hizo que se radicalizara la gente y paulatinamente se fuera sumando sectores económicos y territoriales que finalmente paralizaron el país.

Ahora bien, un interrogante que es muy complejo resolver; ¿Cuál es la dimensión de la tragedia en vidas, en heridos y desaparecidos que a dejado hasta el día de hoy esta confrontación?.

Según el reporte de la ONG Temblores a 31 de mayo se conocían de 45 homicidios, 1248 heridos, 65 agresiones oculares y 25 víctimas de abuso sexual.

La fiscalía por su parte reporta un total de 129 desaparecidos aun cuando los organismos defensores de derechos humanos no oficiales dan una cifra de alrededor de 400. Es en todo caso una catástrofe social y humanitaria la que vivimos, que probablemente no pueda ser verificada por la CIDH a quien se le ha negado la entrada oportuna y la confirmación en terreno de estos acontecimientos.

Y finalmente muchos nos preguntamos a donde evoluciona la confrontación social en Colombia; mas complejo este interrogante, si bien algunos sectores han logrado acuerdos parciales con el gobierno nacional o local, para desbloquear las carreteras nacionales, los jóvenes persisten en los llamados Puntos de Resistencia en la grandes ciudades, reclamando del estado y los organismos de Derechos Humanos se haga justicia por la muertos, heridos y desaparecidos ocurridos en el marco de la protesta social.

Surge en el ambiente colombiano un espíritu renovado de esperanza, de rebeldía y sobre todo de confianza en el mismo pueblo como gestor de un mejor país, generando un dialogo de las mismas comunidades en las llamadas Asambleas Populares, con una mirada solidaria hacia los marginados especialmente los jóvenes que tienen que ser los primeros en ser atendidos.

Depende del gobierno resolver este conflicto social que hoy se coloca en la agenda política como prioritaria, solo si logra entender y atender los reclamos de la ciudadanía como problemáticas reales y no como conspiraciones internas y externas.

Por:
Jorge Forero


Las columnas de opinión no representan necesariamente la opinión editorial de Mesunos.Org

1 comentario en “Los interrogantes del paro nacional”

  1. Humberto García

    Buena reflexión.

    El gran problemas sobre los interrogantes no resueltos, son sus consecuencias. Si un alumno no resuelve un interrogante eso se puede traducir en una mala nota. Si el interrogante resuelto se pone entre personas, viene la desconfianza. Cuando es el Estado el que no resuelve esos interrogantes, puede venir la desesperanza, la búsqueda de soluciones milagrosas, que viene siendo lo mismo en diversas presentaciones. La solución está en cada uno de nosotros, para lo cual debemos revisar la manera en la que hemos hecho uso de los mecanismos democráticos que tenemos. La respuesta más conveniente a los interrogantes es la que señala a otros como responsables y reparadores del mal.

    muchas gracias por abrir espacio para las reflexiones.

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